martes, 12 de junio de 2012

*Coketas*


"No existe mujer sin vanidad..."

Y es cierto, o ¿ acaso existen aquellas que se pongan frente al espejo decidiendo por horas que ropa vestirse, que zapatos calzarse y de que manera maquillarse pensando en lucir mal?

Obvio no, a las chicas nos encanta vernos lindas, caminar entakonadas por la calle, levantar más k miradas, perfumar todo aquello que nos rodea, pasamos horas escojiendo el maquillaje perfecto, tomamos clases de estilo, peinado, modales... ¿Y porque no? 

¿Que hay más bonito que una chica linda?

Es imposible no detenerse a mirar a una bebita que bebe leche materna y se chupa el dedo en sus primeros intentos de ser independiente, balbuceando, siendo el centro de atención donde quiera que se encuentra. Her Majesty the Baby Girl.

Toda ésa energía esta k rodea el cuerpo de la pekeña niña  que anhela a ser princesa, vestida de muñeca, jugando a la hora del té, alimentando bebés plásticos, rodeadas de ponys, hadas y seres mágicos.
Entonces, ésta nena se siente hermosa, trastabillando con los tacones más altos de Mamá, con el rostro lleno de polvosos colores y habiendose puesto un vestido que seguramente es más grande que ella y con el cual se pasea por toda la casa sabiéndose preciosa.

Desde ese momento una Nena jamás vuelve a bajarse de los takones aunk ya no los lleve puestos, los imagina, los desea, los ama... 

Púbermente se calza los zapatos escolares y se sube la falda tableada mostrando sus piernas lárgas, koketeándole al espejo con el sueter amarrado a la cintura y corriendo por el patio del colegio para contar a sus amigas k "él" la miró desde alguna banca, se colorea los labios con el dulce de una tutsi pop, se delínea las cejas y los ojos sintiendose misteriosa en su rosada piel lozana.

Juvenil y perfumada sale del cuarto de baño la Joven k deja atrás la adolescencia y se siente hermosa mientras algunas gotas aún le lamen la piel suave, la ropa entallada le acaricia la piel y resalta sus atributos, descubre el poder de un escote y se reencuentra con su eterno amor, los takones, en forma de botas altas, zapatillas y sandalias  k vuelven candencioso su caminar y  agregan centímetros a su estatura pecaminosa, makilla su rostro pensando no sólo en ser el sueño inalcansable de todos akellos ilusos k se cruzan con ella por la calle, sino tmbn empeñándose en ser la envidia de akellas k la miran con recelo. 

Cuando la maduréz la alcanza, una nueva revolución se crea, se convierte en una verdadera belleza interna y externa, la fruta más deseada, el mejor molde, la encarnación de la tentasión y el deseo, la cúspide de la femineidad se esconde en sus manos sabias y delikadas, la seducción en sus caderas fuertes y redondeadas, la fuerza en su rostro y la lascivia en su mirada fija, no tiene ya nada k esconder, es fuego vivo y no teme al incendio k pueda provocar, por el contrario lo disfruta y seríe de él a carcajadas.

Mas tarde se vuelve paz, se torna en templanza y aún adorna su plateada melena y mira al mundo de frente pork nunka deja de ser hermosa...

Coketas, las mujeres siempre somos coketas, fuimos creadas para capturar miradas, somos completamente conscientes de ello y ¡nos encanta!


a{[Cx]}

No hay comentarios:

Publicar un comentario